Tori Woods y el problema con el Dark Romance
¿Por qué algunos libros con temáticas turbias se cancelan, mientras otros —del mismo tipo— se vuelven bestsellers? Hablemos de la doble moral de la comunidad lectora.
El Dark Romance —o romance oscuro—, es un subgénero literario que fusiona elementos románticos y eróticos en contextos oscuros y, a menudo, violentos. Sus personajes suelen ser “moralmente grises”, cuyas historias abarcan temas tabú… y otros de dudosa legalidad.
Lauren Tesolin Mastrosa, más conocida por su seudónimo de Tori Woods, es una autora australiana que escribe ficción erótica, específicamente, aquella catalogada como Dark Romance.
Hace ya algunas semanas, Tori Woods estuvo en el centro del ojo público por su más reciente libro, Daddy’s Little Toy —o El juguetito de Papi—.
Lo primero que llamó la atención fue la portada del libro, y es que muchas personas comenzaron a hacerse la misma pregunta: ¿Por qué un Dark Romance tiene una portada tan dulce y tierna en tonos pastel, cuyo título está formado por cubos de juguete como los que usan los niños pequeños? Las alarmas, no obstante, realmente se encendieron al leer la sinopsis.
Sí. Este libro se centra en la relación entre una joven de 18 años —quien se retrata de forma muy infantilizada en la sinopsis— y un hombre de 47 años, amigo de su padre. La cereza del pastel, sin embargo, llega cuando nos enteramos que él la ha deseado desde que ella tenía 3 años.
Es ahí cuando no sólo la portada cobra un perturbador sentido, sino que también nos confirma que este libro tiene a un pedófilo como interés romántico.
Por la ola de críticas —más que justificadas— que tanto la autora como su obra recibieron por lectores de todo el mundo, el libro fue retirado de Amazon y de Goodreads. Sin embargo, antes de desaparecer de este último, la reseña de una lectora que tuvo acceso al libro nos dejó más que claro lo problemático, indignante y repulsivo de la historia.
Pero, ¿Qué dijo Tori Woods al respecto? Si creen que se disculpó, están equivocados. En un comunicado publicado en su instagram, escribió:
Creo que ha habido un gran malentendido. Daddy’s Little Toy (DLT), definitivamente, NO está promoviendo o incitando nada relacionado con la pedofilia. Lo que se está diciendo es asquerosamente perturbador y rompe mi corazón al tiempo que me hace sentir enferma. DLT es FICCIÓN y representa el mundo del DD/LG (*Daddy dominant/little girl, una dinámica en el mundo del BDSM*). Entiendo dónde estuve mal y por eso lo eliminé de Amazon esta mañana. Lo que sucedió entre estos personajes, sí, comenzó a una edad temprana, pero no hubo relaciones sexuales mientras ella era joven. Sí, hubo pensamientos, y puedo entender por qué eso está mal visto, pero nada sucedió hasta que ella cumplió la mayoría de edad.
Entonces, el hombre no es un pedófilo porque, a pesar de haber tenido pensamientos ilegales con una menor de 3 años, se aguantó hasta que ella cumplió los 18. Así que está justificado.
Bravísimo.
En lo personal, no consumo libros de este tipo. Lo intenté una vez, no me gustó, y ahí se acabó todo. Aun así, al estallar la polémica, leí y escuché varias opiniones de las lectoras habituales de Dark Romance, y la mayoría de ellas rechazaba rotundamente lo escrito por Tori Woods —como cualquier persona normal haría—, señalando que Daddy’s Little Toy ni siquiera debería catalogarse dentro de aquel subgénero.
Pese a que estoy muy de acuerdo con las críticas a este libro, no deja de parecerme rarísimo que, mientras todos se escandalizaron con esta historia, existan personas dentro de ese grupo que siguen consumiendo y celebrando otros libros que son igual de cuestionables.
O sea, pedofilia mal —que, efectivamente, está muy mal—, pero si se trata de historias con secuestros, violaciones, abusos (de todo tipo) y un largo etcétera, pues está bien, porque esos sí son los “romances intensos y oscuros” —con un minúsculo grado de consentimiento, a veces inexistente— que las lectoras quieren, yay.
Sé perfectamente que la idea de los libros de Dark Romance es, justamente, llevar al límite temas turbios y tabúes retorcidos. Son historias que están diseñadas con la pura finalidad de vender y provocar un tipo de “placer” muy específico en quienes las leen. Tori Woods intentó hacer esto pero lo ejecutó de una forma fatal, dando como resultado que tanto su libro como ella fueran despreciados por la comunidad lectora… así como debiesen ser despreciados muchos otros libros que, sin embargo, son celebrados en plataformas como TikTok.
Y no, contrario a lo que muchas lectoras afirman con tal de defender el Dark Romance, no tengo una “mente cerrada” sólo por considerar cuestionables los libros más famosos de este estilo, así como no significa que tengas una “mente abierta” si disfrutas leerlos. De hecho, que leas este tipo de historias sin un mínimo de crítica, lo único que provoca es que entres en un bucle que mercantiliza y explota temas sensibles.
La industria editorial suele ser muy romantizada, pero puede llegar a ser tan despiadada como cualquier otra, y, en el caso puntual del Dark Romance, es quien explota y se nutre del morbo por temas retorcidos que se usan como incentivo en el mercado erótico.
¿Daddy’s Little Toy es un caso aislado dentro del Dark Romance?
Definitivamente no, y aquello debiese ser un gran indicador de cómo la ausencia de escrúpulos incrementa cada vez más en este tipo de historias.
Otros libros de este subgénero que presentan temáticas muy cuestionables —aunque siguen siendo aplaudidos por gran parte del público— son:
Torn, de Carian Cole. La historia donde el padrino de una joven de 17 años, quien ha sido un adulto de confianza en su vida y que incluso la sostuvo entre sus brazos el día en que nació (siendo casi una figura paternal), comienza a sentir lujuria por su cuerpo… mientras ella sigue siendo menor de edad. A lo largo del libro, el hombre reiteradamente repite lo mucho que ella ha crecido y cómo ahora tiene el cuerpo de una mujer.
Haunting Adeline, H.D Carlton. Uno de los títulos más virales del Dark Romance, el cual trata sobre un stalker que acecha, manipula y viola —reiteradas veces— a la protagonista (y él sabe que está mal… y lo sigue haciendo). Pero, ¡hey! Lo que hace está justificado porque el tipo mata pedófilos y traficantes sexuales para ganarse la vida. Vaya héroe. La cantidad de cinco estrellas que tiene este libro en Goodreads… disgusting y, honestamente, preocupante.
Credence, de Penelope Douglas. La historia que presenta a una joven de 17 años que queda huérfana, quien se va a vivir a una cabaña aislada con su tío político y los dos hijos adultos que éste tiene. Mientras ella se encuentra en un estado emocional lamentable, los tres hombres abusan de ella y compiten por ver quién se la queda primero, en una historia que explota las dinámicas de poder desequilibradas e insensibiliza los traumas involucrados.
Tears of Tess, de Pepper Winters. La historia en que una pareja va a México y ella termina siendo secuestrada y vendida a un hombre. Obviamente, acaba desarrollando una relación con su captor —lo cual se intenta justificar con el hecho de que su novio nunca pudo satisfacerla sexualmente—, pese a que este hombre la amenazó, le puso un rastreador, permitió que su amigo la agrediera con el mango de un cuchillo y la llamó “perra” después de que fuese violada por otros hombres al intentar escapar. ¡Pero que no cunda el pánico! Porque la autora se encarga de decirte que él sólo compra mujeres que necesitan ser salvadas, así que, por lo tanto, tiene un buen corazón. Romántico, ¿no?
The Wild, de K. Webster. La historia donde una joven de 16 años se va a vivir al bosque con su padre biológico… y la relación entre ambos se vuelve sexual. Sí, con su propio padre, quien la ha deseado desde que ella era una niña. Lo peor no es leer el resto de cosas repulsivas que incluye este libro (como el hecho de que ella queda embarazada de su propio padre y está emocionada al respecto, por ejemplo), sino ver a lectoras en Goodreads defender el libro con un “sólo es ficción” y a la autora advertir que “este libro es sólo para los valientes y de mente abierta”… la mente frita es lo que tienen.
Y ya, hay muchos otros casos pero no voy a seguir porque se me revolvió el estómago. Estos libros siguen siendo bestsellers y, mientras Daddy’s Little Toy fue cancelado por su contenido, muchas historias igual de perturbadoras siguen vendiéndose y siendo aclamadas por la comunidad del Dark Romance.
Trazar la línea con criterio, no con hipocresía
Los autores tienen mucha responsabilidad a la hora de escribir y vender ciertos productos a su público, pero me parece que no se habla demasiado de la responsabilidad que también recae en nosotros como lectores. No sólo se debe desarrollar un criterio para no terminar poniendo en un pedestal a libros como los mencionados anteriormente, sino que también hay que aprender a identificar entre el contenido que es meramente dañino y el que es capaz de abarcar con asertividad temas así de fuertes y complejos.
El problema no es el contenido que creas y/o consumes, sino cómo lo presentas y/o cómo lo consumes. Eso es lo que termina haciendo la gran diferencia entre un autor que explora la ficción de forma profesional y responsable, y otro que se deja llevar por sus propios fetiches sólo para crear ficción ignorante, superficial y denigrante.
Como lectora, tengo una postura clara: cada quien es libre de leer lo que quiera. No creo en censuras automáticas ni en dictarle a nadie qué debe o no debe consumir para entretenerse, sin embargo, también creo que la ficción no está exenta de crítica sólo por ser ficción.
No considero que este subgénero deba erradicarse —lo cual, de todos modos, estaría difícil de lograr considerando que cada año aparecen más y más historias de este tipo—, pero sí se debe dejar de romantizar e idolatrar las conductas insanas que se encuentran en estos libros. No puede ser que cada vez haya más jóvenes que defienden y consideren atractivos a los protagonistas del Dark Romance —de forma no irónica—, siendo incapaces de reconocer lo perversos y abusivos que son.
Estos libros, que sólo buscan glorificar, alabar o mostrar las conductas más degradantes de la humanidad como algo emocionante, romántico y/o excitante, sólo están reforzando sesgos y ciclos de abuso que cada vez son más frecuentes en la vida real. Porque sí, quieran aceptarlo o no, hace mucho que dejó de ser “sólo ficción”, y ya es hora de que comencemos a cuestionar su verdadero alcance y la influencia que historias así están teniendo en nuestro diario vivir.
Ahora díganme ustedes, ¿Habían oído de la polémica de Tori Woods? ¿Suelen leer Dark Romance? ¿Cuál es su postura frente a este subgénero? Los estaré leyendo en comentarios.
Con cariño, Nia.